La vida nos regala pausas activas.

GRATITUD

En algún momento nos hemos sentido desorientados y creemos que la vida se ha estancado que no pasa mucho de nuevo, sin embargo, es el momento idóneo para aprender, crecer, reconocernos y dar forma a nuestro ser, en esos momentos a solas. No! de soledad, en esos momentos en los que escuchamos el silencio que nos rodea, pero al tiempo escuchamos el ruido de las calles que golpean las ventanas sin cesar, en esos momentos en los que se mira el pasado y entendemos que ganamos, ganamos experiencias, triunfos, logros, éxitos, amigos, ganamos valentías, ganamos humildad, gratitud , también ganamos traiciones, humillaciones, tristezas, inseguridades, desconfianza, y dolores que creímos que jamás sanarían, claro! también perdimos muchas cosas, perdimos personas que creímos indispensables en nuestra vida, pero nos damos cuenta que algunas personas entran y salen de tu vida con un propósito y eso también lo debes agradecer, perdimos confianza, perdíamos seguridad, perdimos oportunidades; pero ganar y perder hace parte de la vida y te das cuenta que cada situación tuvo un propósito, pero también aprendizajes y reflexiones que te invitan a no cometer los mismos errores y te empujan a salir adelante orgulloso de quien hoy te has convertido, en otros momentos miras tu presente y agradeces, agradeces tanto por lo que hoy tienes y valoras cada cosa que antes tal vez no valoraste, tu familia, el tiempo, a las personas que hoy están a tu lado y se quedaron contigo a lo largo de camino a esas que te han movido del abismo y que han danzado contigo en tus días de plenitud; cuando se mira el futuro se debe hacer con ganas, con sueños, con metas, con vigor y entusiasmo, pero al tiempo aparecen temores por lo incierto que no te deben detener . Después de muchas reflexiones, de mucho soñar, después de días de alegrías y otros de frustración es imprescindible entender que en la vida pasamos por muchos momentos y justo este momento se llama transición, una transición maravillosa que nos permite moldearnos en esos días eternos en los que nos encontrarnos solos escuchando el ruido de la ciudad. Dios nos ha regalado esos momentos para disfrutarlos para conocernos, para agradecer, para hacernos sentir afortunados de lo que tenemos, para hacernos sentir agradecidos de los sueños logrados, de las metas cumplidas, para sentirnos orgullosos al miras atrás y descubrir todas las batallas de las que hemos salido victoriosos para recargarnos de humildad, para regalarnos tiempo para lidiar con algunas batallas personales que aún nos cuestan entender, como el hecho de que verte bien por fuera no es necesario para encajar en una sociedad falsa y manipulada, en la que cada persona hace alarde del pedacito de su vida que quiere mostrar a través de pantallas que capturan momentos hechos a la medida de lo que quieren reflejar, en una sociedad destructiva que no tiene piedad para juzgar ante la más mínima falla, una sociedad que te invita y te empuja a ser perfecto de las puertas de tu casa para afuera que te empuja a tener un perfil diseñado para encajar en ella siendo “la mejor mama”, “la mejor pareja” , “la más saludable”, “el o la más fit”, “el mas emprendedor”, “la mejor familia”, “los mejores hijos”, “la mejor vida social” , “la chica más cool”, “el macho alfa”. Lo siento, pero nos estamos destruyendo sin piedad, estamos destruyendo nuestra verdadera esencia descuidando nuestro verdadero propósito, y cuando algo de nuestra vida real no encaja con lo que vemos nos llenamos de frustraciones, miedos, inseguridades e insatisfacción.¡BASTA! ¡NO MAS! Nada es real todos fingen en algo igual que tú, nadie es perfecto! Este momento de la vida lo llamamos transición entender que la vida nos regala pausas activas para aprender retroalimentar y arrancar, arrancar recargados de gratitud, de luz, de humildad, de ganas, de propósitos, de sueños y sobre todo de amor propio que es el mayor motor en tu interior tomados de la mano de Dios.